
Hormigón para invernaderos
La versatilidad del hormigón le permite ser utilizado como pavimentos en aplicaciones que, a primera vista, nunca pensaríamos. Una de ellas es utilizar el hormigón como base en invernaderos. Normalmente, pensaríamos que estas instalaciones agrícolas solo pueden funcionar con suelos naturales u orgánicos. Sin embargo, en muchos casos la instalación de hormigón como pavimento en invernaderos proporciona unas ventajas que no pueden pasar desapercibidas.
¿Cuál es el mejor suelo para un invernadero?
A la hora de instalar un invernadero, tenemos qué preguntarnos cuál es la base que más nos favorece. Entre las opciones, las más comunes son la instalación de grava, tierra compactada, hormigón o plástico como suelo. Todas ellas tienen sus ventajas e inconvenientes. Vamos a repasar cuatro características
Precio
Si vamos al precio, el plástico, la grava y la tierra compactada son más económicos en el corto plazo. Sin embargo, si tenemos una visión más larga, lo barato puede salir caro. Por ejemplo, la durabilidad del plástico es muy limitada y vamos a tener que cambiar ese suelo muchas veces. Por su parte, la grava y la tierra compactada no van a actuar como aislantes, y es posible que todo lo que ahorres en su instalación, lo tengas que gastar en tratamientos fitosanitarios. El hormigón es más caro al inicio, pero ofrece una durabilidad a largo plazo imbatible. Además, actúa como un aislante excelente para evitar plagas.
Gestión del agua
La base de un invernadero ha de proporcionar un buen drenaje del agua y permitir su gestión adecuada como recurso escaso. Si el suelo es adecuado, la tierra compactada y la grava actúan como buenos drenantes naturales. El suelo reabsorberá bien el agua y no habrá charcos que pueden favorecer la aparición de hongos o bacterias. Sin embargo, no podremos reutilizar ese agua.
El hormigón como base de invernadero también es una gran opción para el drenaje. La ventaja del hormigón es que podemos instalar sistemas de drenaje o recogida mediante pendientes y canalizaciones. Esa agua recogida puede ser reutilizada, lo que supone un ahorro adicional en el uso de este recurso. De este modo, evitamos la aparición de charcos.
Por su parte, el plástico ofrece un muy mal drenaje. Asimismo, su poca durabilidad no le permite instalarlo junto con sistemas de recogida de agua.

Aislamiento
En este apartado, el plástico y el hormigón cuentan con la gran ventaja de actuar como barreras totales antes cualquier insecto, hongo o plaga que pueda venir desde el suelo. Además, nos van a evitar la contaminación cruzada por contacto con el suelo en invernaderos de hidroponía.
Sin embargo, la grava y la tierra compactada, al ser suelos orgánicos y de carácter natural, no aislarán bien nuestros cultivos de insectos y plagas. Al usar estos materiales como base del invernadero, tendremos que vigilar la aparición de estos problemas en nuestro suelo.
Aislamiento
En este apartado, el plástico y el hormigón cuentan con la gran ventaja de actuar como barreras totales antes cualquier insecto, hongo o plaga que pueda venir desde el suelo. Además, nos van a evitar la contaminación cruzada por contacto con el suelo en invernaderos de hidroponía.
Sin embargo, la grava y la tierra compactada, al ser suelos orgánicos y de carácter natural, no aislarán bien nuestros cultivos de insectos y plagas. Al usar estos materiales como base del invernadero, tendremos que vigilar la aparición de estos problemas en nuestro suelo.
Limpieza
Mantener la base del invernadero limpia y desinfectada es muy importante para garantizar la seguridad de nuestros cultivos. En este punto, el hormigón pulido o bien acabado ofrece una superficie lisa y continua, lo que facilita su lavado con agua a presión y su desinfección. La instalación de losas prefabricadas de hormigón es otra buena opción para la limpieza, aunque aquí tendríamos que vigilar la limpieza de las losas.
La tierra compactada o grava como base del invernadero no permiten el mismo grado de limpieza que sí nos da el hormigón. Este tipo de suelos son más difíciles de limpiar y desinfectar.
Aunque requiere una inversión y planificación mayor al inicio, el hormigón como base de invernaderos ofrece grandes ventajas en los aspectos de limpieza, drenaje y gestión del agua y aislamiento. Asimismo, si nuestra instalación está pensada para el largo plazo, su bajo mantenimiento y alta durabilidad lo hacen el material perfecto como suelo en un invernadero.

¿Qué espesor tiene que tener el hormigón para un invernadero?
El espesor que tiene que tener el hormigón en un invernadero variará en función del tipo de tráfico y las instalaciones que tengamos en el cultivo:
- Solo paso peatonal y carros ligeros: 8-10 cm
- Mesas fijas o cultivo hidropónico en bandejas: 10-12 cm
- Maquinaria agrícola ligera: 12-15 cm
- Vehículos pesados o bancales grandes: 15-20 cm (considerar uso de armado estructural)
Hormigón para invernaderos industriales
Pocos materiales pueden actuar mejor como suelo en invernaderos industriales que el hormigón. A continuación, te detallamos algunos detalles que deberemos tener en cuenta a la hora de instalarlo y las principales ventajas del uso del hormigón en invernaderos industriales.
- Durabilidad: El hormigón puede durar más de 30 años como suelo de nuestro invernadero con bajo mantenimiento. Soporta ciclos térmicos, humedad, impactos y uso intensivo.
- Gran resistencia: A la hora de elegir el hormigón para invernaderos industriales ideal, nuestros expertos te recomendarán una mezcla con alta resistencia estructural. Esto permitirá el uso de maquinaria pesada en el invernadero o la instalación de sistemas automatizados. No te preocupes por el peso, el hormigón lo soportará.
- Versatilidad: El hormigón como suelo en invernaderos industriales se adapta a multitud de cultivos, desde hidroponía hasta cultivos en sustrato, vertical o sistemas modulares.
Hormigón para invernaderos agrícolas
El uso del hormigón para invernaderos agrícolas es la más solución eficiente y duradera. Este material como base de invernadero es perfecta para explotaciones que buscan tecnificación y control ambiental sin llegar al nivel de automatización de los invernaderos industriales.
- Limpieza y control de plagas: Como ya hemos visto, el hormigón como suelo en invernaderos agrícolas nos va a permitir una limpieza más fácil y un mejor control de plagas.
- Durabilidad: Una vez más, el hormigón es un material que, sin apenas mantenimiento, nos va a durar más de 30 años.
- Ahorro de tareas: Esta ventaja es consecuencia de la durabilidad y poco mantenimiento. Podremos centrar el trabajo de nuestro equipo en otras tareas, no en el mantenimiento del suelo.
- Mejor logística: Con un suelo de hormigón en nuestro invernadero podremos introducir maquinaría y furgonetas en el mismo para facilitar la recogida y procesos logísticos.

¿Cuál es la mejor base para un invernadero?
Además de sus ventajas como suelo, el hormigón es la mejor base para un invernadero. Utilizar este material en los cimientos nos va a permitir un anclaje firme al terreno. Gracias a ello, nuestro invernadero contará con una gran estabilidad estructural y una buena resistencia al viento e inclemencias. A todas esas ventajas, hay que sumarle la gran durabilidad que nos va a permitir el hormigón en los cimientos de nuestro invernadero.